Italia

Empieza el día, no es la alarma es un abrazo.
Me pongo los guantes no es moda, es el frío.
Llega el tinto intenso, negro, sin azúcar, en un pocillo que parece la vajilla de una niña de 5 años, no es lo que digo, es el espresso que los italianos toman cada mañana en un pocillo mini.
Es Disney para Nati? no, son los cafés de Italia llenos de revistas, periódicos, especiales de periodismo… Es el aire de saber qué sucede en el mundo.
No es un viaje común, es el trayecto en tren viendo el atardecer, la llanura de Modena y los viñedos que embellecen la vista.
Tin tin, suenan las bicicletas que andan por el centro de Modena con mujeres en tacones, señores de pelo blanco, estudiantes con mirada de grandes.

cuando las miradas solas se encuentran y los besos llegan de repente, sí, se sabe valorar la presencia después de la ausencia.

Siiiiiii es la palabra que grita Robert, que grita Nati cada que es posible tocar la mano debajo de la mesa, cuando las miradas solas se encuentran y los besos llegan de repente, sí, se sabe valorar la presencia después de la ausencia.
No es que no extrañe a LM, es que te enseñó que tienes alas, grandes y propias, por eso la dicha nubla.
No se le olvidó el papá, lo tiene en el espíritu cada que hace un nuevo amigo. Cuando ve la clase reír con sus historias, entiende que hasta en Japón se reirían de sus cuentos.
Sí piensa en el PaMono, sobre todo cuando va al pasado o al futuro y se obliga a habitar el presente perfecto.
Y entonces qué queda después de unos días de viaje. Recordar que es mejor estar ligero de equipaje y seguro de que todos los sueños se pueden por lo menos: intentar.

Natalia Correa © todos los derechos reservados 2020. Sitio web por Simaduse